Residencial
Ubicación: Jumunuco, La Vega, República Dominicana
Área de Construcción: 628 m²
Tipología: Residencia Privada
Estado: Anteproyecto
Diseño Arquitectura: A20 Arquitectos SRL
Diseño de Paisaje: Massiel Mejía Arquitectura y Paisaje
Propietarios: Henry Rivas y Mariel Ramos
Ubicada en el exuberante y denso bosque tropical de la cordillera central, en Jumunuco, Jarabacoa, «The Bridge House» se erige como un santuario que invita a una profunda contemplación de la naturaleza. Su diseño se define por la simplicidad de dos líneas horizontales que atraviesan el paisaje, procurando una sensación de serenidad, y otorgándole a este último el protagonismo absoluto.
Debido a la pronunciada topografía del terreno, el acceso principal se sitúa en el nivel superior. Este nivel se organiza alrededor de un atrio ajardinado. Este atrio funciona como una sutil barrera que divide los espacios sociales de la intimidad de la habitación principal. Esta configuración permite que la casa opere con eficiencia cuando solo los propietarios están presentes, ofreciendo una experiencia de vida cómoda en un solo nivel, optimizando la privacidad y la funcionalidad.
El nivel inferior, la integración con la topografía se hace más fuerte, resultando en una simbiosis armoniosa entre la construcción y el terreno natural. Este nivel, al igual que el superior, se estructura alrededor del atrio central, que sigue siendo el núcleo distribuidor. Desde aquí, se accede a las habitaciones de invitados, cada una diseñada para ofrecer comodidad y vistas al entorno natural, así como a las áreas de servicio, dispuestas con discreción. La secuencia espacial en este nivel se desenlaza en otra serie de espacios sociales, un estudio que se integra a una terraza en contacto directo con el paisaje, acompañada de una piscina, que más que un simple elemento recreativo, ha sido concebida para fundirse con el paisaje circundante.
En esencia, la residencia se concibe y funciona como una galería de 360 grados. Cada espacio ha sido diseñado para conectar a sus habitantes con la belleza exterior, una experiencia que se extiende tanto desde los espacios más íntimos como desde los ambientes más sociales. La casa no es un refugio de la naturaleza, sino un portal hacia ella, donde la luz, el aire y el verdor son parte integral y constante en la experiencia interior.
A pesar de su esquema general depurado, la escala del detalle revela un nivel de articulación interesante e isócrono. Los sistemas estructurales principales, madera y concreto, manifiestan honestamente su materialidad, dotando al proyecto de una identidad sincera y un carácter cálido.
Finalmente, el proceso de diseño fue una experiencia gratificante, no solo por el resultado arquitectónico final, sino por la dinámica colaborativa que lo impulsó. Gran parte de este éxito se atribuye a la participación activa y a la sinergia entre el equipo de diseño y los propietarios. Su compromiso fue fundamental; no solo confiaron en la visión, sino que la defendieron activamente durante la fase de construcción, asegurando que los principios originales del diseño se mantuvieran. Esta colaboración profunda y el respeto mutuo transformaron el proceso en una amistad verdadera.